El economista serbio-estadounidense
Branko Milanovic traza en su libro "Miradas sobre la desigualdad" un análisis profundo y multidimensional de la desigualdad económica
a lo largo de la historia, no solo como un fenómeno económico
aislado, sino como un tema profundamente entrelazado con el contexto
social, político y cultural. A través de un estudio exhaustivo de
varios economistas clave, Milanovic no solo aborda las diferentes
teorías que han surgido sobre la desigualdad, sino que también
muestra cómo los contextos históricos y las relaciones de poder han
determinado el desarrollo de estas teorías y, por ende, las
soluciones propuestas para reducir la desigualdad.
En este sentido, el autor intenta transmitir la idea de que la desigualdad no es un fenómeno lineal ni fijo, sino que es cíclica, fluctuante y, sobre todo, estructural. Las economías y las sociedades atraviesan períodos de alta desigualdad seguidos de fases de redistribución o de disminución de la brecha económica. Esta visión dinámica de la desigualdad es crucial, pues nos invita a pensar en soluciones más holísticas que no solo busquen mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos en un momento específico, sino también a modificar las estructuras de poder que perpetúan esta desigualdad.
En el libro muestra la visión de los 6 economistas más relevantes de su tiempo sobre la desigualdad de ingresos y la distribución de la riqueza. De esta forma el lector puede empatizar con los economistas y entender como según el contexto histórico y la situación personal de cada uno la manera de ver la desigualdad era distinta a lo largo de la historia.

Tras leer el libro se pueden hacer observaciones sobre lo aprendido como la
evolución del conflicto de clases, que desde Quesnay hasta Marx fue
interpretado como una lucha entre grupos sociales con intereses
opuestos, aunque las clases enfrentadas variaban según el autor. Los
fisócratas vieron el conflicto entre terratenientes y arrendatarios,
Adam Smith entre terratenientes y capitalistas, y Marx entre
capitalistas y proletariado. También se observa una transición del
pensamiento preindustrial, que enfatizaba la agricultura como fuente
de riqueza, hacia el pensamiento clásico, que priorizaba el
crecimiento económico y la acumulación de capital. Otra observación es como Pareto al ser ingeniero antes de economista basaba su forma de ver la economía en gran parte a las matemáticas. Finalmente, otra lección que se aprende el impacto de eventos históricos extraordinarios como las guerras mundiales y las reformas políticas del siglo XX, redujeron temporalmente la desigualdad, seguidos de un retorno al aumento de las brechas sociales con la globalización y el neoliberalismo. Esto ya lo decía Kuznets, que plantea que la desigualdad crece en las primeras etapas del desarrollo económico y disminuye posteriormente, aunque sugiere que esta relación puede repetirse de manera cíclica en diferentes etapas de desarrollo.