El estudio de la historia económica de los Balcanes ofrece una visión rica y compleja sobre los factores que han moldeado el desarrollo de esta región a lo largo de las últimas décadas. Utilizando los datos del Banco Mundial la función de producción Y=A⋅f(T,K,L), se puede analizar cómo los recursos naturales (T), el capital físico (K), el trabajo (L) y los avances tecnológicos (A) han influido en el desarrollo de economías como Albania, Bosnia, Bulgaria, Grecia, Macedonia del Norte, Montenegro, Rumanía y Serbia.

    El PIB per cápita es una herramienta clave, desarrollado por Kuznets, para medir la riqueza relativa de estos países. Rumanía y Grecia encabezan esta clasificación, mientras que Albania y Bosnia tienen los niveles más bajos. Sin embargo, Bosnia destaca por su alta tasa de crecimiento económico, lo que refleja la hipótesis de convergencia: los países más pobres tienden a crecer más rápido que los ricos.

    La inflación también juega un papel crucial. Serbia registra la mayor tasa de inflación, lo que afecta negativamente su riqueza real. Grecia, por otro lado, mantiene niveles de inflación más bajos, lo que mejora su posición económica real frente a países como Rumanía. El período posterior a la disolución de Yugoslavia y las guerras yugoslavas en los años 90 generó niveles históricos de inflación, especialmente en Serbia.

    El Índice de Complejidad Económica (ICE) revela que Rumanía lidera en la producción de bienes diversificados y sofisticados, mientras que Albania se encuentra en el extremo opuesto. Esta variable es un indicador importante del potencial de desarrollo económico a largo plazo.

    Otro factor determinante es el gasto en investigación y desarrollo (I+D). Grecia lidera en este ámbito, lo que explica en parte su alto PIB per cápita. En contraste, Bosnia y Albania tienen niveles bajos de inversión en I+D, lo que limita su capacidad de innovación y crecimiento. Además, el gasto público en educación también varía significativamente entre los países, con Grecia a la cabeza y Albania en el último lugar.

    El desempleo también es un desafío. Macedonia del Norte y Grecia tienen las tasas más altas, mientras que Bulgaria tiene la más baja. El alto desempleo limita la productividad y el uso eficiente del capital humano, afectando negativamente a la producción.

    Grecia enfrenta altos niveles de deuda, resultado de la crisis financiera de 2008, lo que limita su desarrollo económico a pesar de su alta inversión en educación y tecnología. Por otro lado, las exportaciones son cruciales para economías como Macedonia del Norte, que depende en gran medida del comercio internacional.

    Albania, con su bajo nivel de exportaciones, depende en gran medida de la agricultura, la silvicultura y la pesca para satisfacer sus necesidades internas. En contraste, Grecia muestra niveles mucho más bajos de dependencia en estos sectores gracias a su mayor diversificación económica.


    La transparencia también es fundamental. Grecia lidera con altos índices de transparencia, mientras que Bosnia presenta niveles más bajos, lo que dificulta la atracción de inversión extranjera y afecta negativamente a su desarrollo económico.

    En general, Rumanía emerge como el país con mejor desempeño económico según la función de producción, gracias a su bajo desempleo, alta complejidad económica y niveles moderados de deuda. Grecia, a pesar de su alta deuda, también
destaca por su inversión en I+D y educación. En el otro extremo, Albania enfrenta los mayores desafíos económicos debido a su baja diversificación económica, altos niveles de deuda y escaso gasto en educación e innovación.